jueves, 28 de julio de 2016

El Hombre según la filosofia


Se puede decir que todos los filósofos trataron y tratan de contestar esta pregunta según su perspectiva.

Para los presocráticos, el hombre en su aspecto subjetivo es el sujeto cognoscente, voluntario o moral y en su aspecto objetivo una porción del cosmos.





Platón definía al hombre, en forma jocosa, como un bípedo implume, los estoicos y luego los escolásticos, pensaban que el hombre es un animal razonable.

Para Aristóteles el hombre es un animal político, un animal que habla.

Para Rabelais, el hombre es un ser que ríe, para Descartes un ser que piensa, para Kant, un ser que juzga, para Marx, un ser que trabaja y para Bergson, un ser que crea.

Estas definiciones son limitadas porque no llegan a abarcar la realidad humana con fidelidad ni tampoco con justicia; porque el hombre no se puede definir por lo que hace sino por lo que Es.


Diderot intenta dar una definición del hombre diciendo que es alguien que siente, que puede reflexionar y pensar, que evidencia cierta superioridad con respecto a los demás animales que domina, es un ser social, con capacidad para inventar el arte y las ciencias, que puede ser malo o bueno, que vive organizado, que tiene una cultura, leyes, normas, etc. Sin embargo Diderot también reconoce que lo que el hombre es no puede abarcarlo una definición.

Para poder saber los derechos que tiene el hombre se necesita conocer el criterio específico que lo identifique, pero no son ni sus logros ni sus fracasos.

El hombre es ante todo una especie animal, es un mamífero que pertenece al orden de los primates, a la familia de los homínidos, al género homo, a la especie sapiens, nacido de un hombre y de una mujer, con derechos y obligaciones.

El hombre es un hecho y una especie que se puede convertir en valor y en virtud.

Montagne decía que todo hombre tiene la forma entera de la condición humana, y ninguno carece de ella, el hombre nace hombre y se convierte en un ser humano, recibe su humanidad, no la crea, es algo natural más que cultural.

Si el hombre recibe su filiación por ser engendrado antes que por su esencia, la construcción de un ser humano de probeta, sin filiación, podría convertirlo en algo diferente y modificar la especie humana sería perder al hombre.

El hombre no es Dios, y sólo será plenamente humano si acepta su condición para no ser su propia destrucción.

La humanidad es una especie animal, pero tiene ciertos valores, deberes y obligaciones con respecto a otros de su misma especie, una moral.

El no cumplimiento de estos derechos y obligaciones suponen violencia, sometimiento, explotación, opresión, falta de libertad y dignidad humana.

Séneca decía que el hombre es sagrado para el hombre, no porque sea Dios sino porque es hombre y eso es suficiente.

El hombre no es causa de sí mismo, es el resultado de una historia personal que forma su voluntad.

Sartre decía que el hombre está condenado a inventarse a sí mismo pero no desde la nada.

El hombre, decía Spinoza, forma parte de la naturaleza y sigue su orden aunque parezca lo contrario, forma parte de la historia que él mismo construye y que lo hace a él, forma parte de una sociedad, de una época, de una civilización.

Es un animal que sabe que va a morir, que tiene impulsos, pasiones, fantasmas iras, y tanta violencia, tanto miedo, tantos deseos que lo hacen peligroso para él mismo, para los demás y para el mundo.

La humanidad es una especie que hay que preservar y que hay que valorar porque también ha hecho posible la civilización, el desarrollo del espíritu, de las ciencias, de la historia.

De la humanidad depende por lo menos que el hombre sea humano, que se eleve por encima de sí mismo y que mantenga su dignidad y no naufrague debajo de ella.


El Hombre según la ciencia



ORÍGENES DEL HOMBRE


Los testimonios fósiles de los antecesores inmediatos del hombre moderno están repartidos entre los géneros Australopithecus y Homo, que al parecer emergieron hace menos de 5 millones de años.

Durante el periodo comprendido entre los 20 y los 7 millones de años atrás, los simios se hallaban ampliamente distribuidos por el continente africano y, posteriormente, por el euroasiático. Aunque se han encontrado multitud de huesos y dientes fósiles, la forma de vida de los individuos de esta familia y sus relaciones constituyen hoy un tema de encendido debate entre los científicos. Uno de estos simios fósiles, el denominado Sivapithecus, parece compartir muchos rasgos con el actual gran simio asiático, el orangután, y es muy probable que fuera su antecesor inmediato. Sin embargo, ninguno de dichos fósiles ofrece pruebas concluyentes para ubicarlo en la línea de evolución que conduce a la subfamilia de los Homininos en general, o al género Homo en particular.

La comparación de las proteínas sanguíneas y el ADN de los grandes simios africanos con los del hombre moderno, indican que la línea de separación del hombre de sus ancestros, los chimpancés y los gorilas, se produjo en las etapas finales de la evolución. En consecuencia, muchos científicos consideran que esta escisión evolutiva pudo producirse hace unos 6 u 8 millones de años, lo que significa que el testimonio conocido de los fósiles homininos, que surge hace unos 5 millones de años, posiblemente se remonte hasta los albores de la línea del hombre moderno. Los futuros descubrimientos de fósiles tal vez permitan fijar de forma más precisa el momento en que los antecesores directos del moderno simio africano se escindieron del futuro hombre moderno, para así poder determinar el comienzo de su evolución.



El Hombre según la religion



Origen del hombre según la Biblia


los datos de la literatura antigua sobre el origen del hombre, la Biblia ofrece dos narraciones.

En el primer relato se dice que Dios crea al hombre el último, como coronación de todo lo creado y ser a quién se ordenan todas las demás criaturas.

En el segundo relato el hombre es creado el primero, como el ser más insigne a quién se ordenan todas las cosas que vienen después de él.

Desde el punto de vista del desarrollo de la creación, el hombre es el último. Pero desde el punto de vista del hombre, el hombre es el primero.

A continuación voy a exponer los dos relatos bíblicos:


El hombre es imagen de Dios: definición abstracta del hombre (I relato).


El hombre es polvo de la tierra que respira: definición concreta, descriptiva (II relato).

En el evolucionismo y datos bíblicos se puede decir que hasta el siglo pasado el texto bíblico se extendió siempre a la letra. Nadie se había planteado de otro modo la cuestión. Pero a partir de entonces, ciertos descubrimientos casuales dieron a luz numerosos huecos que presentaban grandes semejanzas con el esqueleto humano actual. Respecto a la participación que el reino animal haya podido tener en la formación del cuerpo humano, ya sea mediante selección natural, o la adaptación al ambiente.

En la formación de la mujer decir tengo que en el relato bíblico hay que distinguir, como en el resto de la Biblia, la enseñanza, el hecho y el modo de realización de hecho y de proponer la enseñanza.

El detalle de la costilla es una parábola muy apropiada para expresar esta relación y para inculcar esta doctrina. Con lo de la costilla el autor nos dice también otra verdad que todo hombre normal constata: la atracción mutua entre el hombre y la mujer, atracción tan fuerte que incluso”deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen los dos una sola carne”. En definitiva no sabemos como fue formada Eva ni lo sabremos nunca, pero ¿qué importa? Dios no ha pretendido hacer biólogos sino cristianos.



definicion

El término hombre puede definirse desde diversas perspectivas. En ocasiones, por citar un caso, se puede emplear para describir a los homínidos, a cualquier ejemplar masculino que pertenezca al género humano o, a nivel histórico y/o con sentidos más amplios, a la humanidad en general, sin distinción de ningún tipo entre damas y caballeros (por ejemplo, con frases como“El hombre era nómade y se trasladaba para buscar alimentos”). De todas formas, en la actualidad esa forma de nombrar a la especie humana está siendo cuestionada porque denota el aspecto sexista de la lengua, el cual debe ser modificado, en pos de una integración equitativa para todos los géneros.